En los tiempos de la celebración mas grande de Colombia

Hoy es un día de los que uno empieza a sentirse orgulloso por ponerse una camisa de color amarillo, comprada en san victoriano y hecha en Vietnam. Es de esos dias en los que no importa si hay ley seca a nivel nacional, igual se verán a los mismo borrachos de siempre hechando harina y espuma a algún transeúnte inocente. Y sin importar de que el país se allá olvidado de que el presidente actual, allá pasado a un plano tal que hasta el director técnico de nuestra selección es considerado casi un dios, cosa que por cierto no lo perjudica sino que lo beneficia porque a los humanos se nos olvidan las promesas que hacen estos señores cada 4 años.

Y es que sin importa lo que pasa afuera nos gusta a veces hacernos la vista gorda a estos tópicos, por que nos desvía la atención ver que después de 16 años estemos triunfando en un mundial, logro para este país por cierto. Pero es que es algo casi inevitable sentir un poco de orgullo por nuestra querida nación que a pesar de los problemas y diferencias, nos unimos y vestimos de un mismo color y alegramos. Por una misma nación, mas que los carnavales y eventos que se hacen todos los años y en todas partes del país.

Por fin veo con los hechos que acontesen por mi alrededor que dejamos el dañino individualismo por un rato y sin importar las condiciones gritamos con el mismo tono el nombre de este territorio tan basto, que aunque tenga lunares segura siendo bello en cierta manera, mas por ser una cultura única y admirable que acuno a 30 personas que están luchando en Brasil.

Y no es que sea un fan del futbol, la verdad solo veo los partidos de la seleccion que a largas cuentas son los que mas importan. Pero es un instante memorable y que siempre estará presente en todos, su que no queramos.